La Catedral de Lugo

      1. SANTUARIO EUCARÍSTICO

            En la capilla mayor de este templo se halla permanentemente expuesto el Santísimo Sacramento desde tiempo inmemorial.

            El primer saludo del visitante católico debe ser para el Santísimo Sacramento. Unos momentos de oración ante el Señor Sacramentado pueden ser un buen recuerdo de su paso por esta iglesia. Se ruega a los no católicos un comportamiento digno en este recinto y el respeto debido a los sentimientos religiosos de quienes ocasionalmente puedan hallarse satisfaciendo su devoción en el mismo.

2. HISTORIA

            Carecemos de noticias de lo que pudo haber sido la primera iglesia de Lugo desde su temprana evangelización, posiblemente en el siglo I de nuestra era, hasta los tiempos del Obispo Odoario, a mediados del siglo VIII.

            Sabemos que este obispo, a quien evoca un acróstico medieval en una piedra colocada sobre la puerta interior oriental de acceso al templo, llevó a cabo la restauración del edificio entonces preexistente.

            Por un diploma de Alfonso II, fechado el 27 de marzo de 832, conocido a través de una redacción posiblemente interpolada más tarde, sabemos que la catedral odoariana era un edificio de gran belleza, por lo que el Rey Casto lo adoptó como modelo para construir la Catedral de Oviedo.

            Debido a las deficiencias de construcción y a los asedios de las guerras, el edificio se hallaba en tales condiciones en el primer tercio del siglo XII que el obispo Pedro II se vio obligado, junto a su cabildo y a otras personas notables de la ciudad, a concertar con el maestro Raimundo en 1129 la construcción de un nuevo templo conforme al estilo arquitectónico entonces imperante: el románico.

            Desde esa fecha, y hasta el año 1880, cuando se remataron las torres de la fachada actual, se han sucedido varias reformas y ampliaciones que, ensambladas con bastante acierto, nos ofrecen el conjunto que hoy se ve y que puede ser considerado como antología de los diferentes estilos y épocas, cuyo detalle resumimos a continuación.

            Son románicos los paramentos verticales y la bóveda de la nave del crucero, lo mismo que la mayor parte de la nave mayor, paramentos laterales y triforio, cuyas bóvedas fueron rehechas en el siglo XVIII.

            Pertenecen al gótico el primer cuerpo de la capilla mayor y la girola con sus capillas absidales adosadas (1320-1360), a excepción de la central, así como las capillas antiguas de Santo Domingo de los Reyes (1370) y San Froilán (1480), que actualmente forman la llamada Capilla del Pilar, además del primer cuerpo de la torre de las campanas (aproximadamente 1570) y el nártex o pórtico norte (1510-1530), pero no la portada.

            Al barroco se adjudica la sacristía (1678), la sala capitular y sus aledaños (1683), el claustro (1714) y la capilla central de la girola, denominada Capilla de los Ojos Grandes (1726).

            Los estudiosos enmarcan en el renacentista el segundo cuerpo de la capilla mayor, la actual Capilla de San Foilán y la fachada, todo ello obra de la segunda mitad del siglo XVIII.

3. LOS MAESTROS DE LA CATEDRAL

            Aparte del ya citado Raimundo, cuyo sucesor en la obra románica podría haber sido el famoso Mateo, autor del Pórtico de la Gloria de la catedral compostelana, se reconoce como autores de los diversos fragmentos o partes del edificio a los siguientes:  Gaspar de Arce, montañés de Trasmiera, realizó el segundo cuerpo de la torre de campanas y posiblemente también la última parte del primer cuerpo; Carlos Lemaur, ingeniero francés, llevó a cabo el segundo cuerpo de la capilla mayor; Domingo Antonio de Andrade, natural de Cee, fue autor de la sacristía y de la sala capitular; Fernando de Casas Nóvoa, famoso por la fachada del Obradoiro de la Catedral de Santiago, realizó la gran parte del claustro, a excepción de la planta, que fue comenzada por el monje benedictino Gabriel de Casas, natural de Santiago; el compostelano Miguel Ferro Caveeiro diseñó la fachada y a él también se deben la traza de la Capilla de San Froilán y de su retablo pétreo, ejecutado por el escultor lucense Manuel Luaces. No obstante, en un principio la fachada había sido proyectada por el ingeniero conquense Julián Sánchez Bort, destinado en Ferrol, pero debido a anomalías iniciales en la ejecución y a las dificultades económicas que ocasionaba su ambicioso proyecto, su diseño no prosperó; el arquitecto provincial Nemesio Cobreros Cuevillas proyectó el último cuerpo de las torres de la fachada, y todas las estatuas de la misma obra son de Santiago Quatrigas Baamonde.

4. LA PORTADA NORTE

            Aunque son muy dignos de mención los herrajes que conforman el maderamen de las puertas, cuya factura se atribuye por los entendidos al siglo XII, la verdadera joya de esta portada, e incluso de la fábrica de todo el edificio, es la imagen del Cristo Majestad. Esta imagen está enmarcada dentro de una mandorla vesica piscis o sobre el tímpano bilobulado de la que cuelga el capitel exento a modo de pinjante, en cuyo tambor aparecen en relieve las figuras del Señor con los apóstoles en la última cena.

            Se ilustra la escena con un precioso dístico en latín en las tres caras visibles del ábaco, cuya transcripción es: «DISCIPULUS DOMINI PLACIDE DANS / MEMBRA QUIETI DUM CUBAT IN CENA / CELESTA VIDIT AMENA». Es una evidente alusión eucarística al relato del Evangelio de San Juan (13, 22-25), cuya traducción podría ser: «Recostado en el regazo del Señor durante la cena, el discípulo amado vislumbró la hermosura de las cosas celestiales».

            Este pinjante fue reproducido en una serie de sellos de correos de España en 1969 con motivo del tricentenario de la Ofrenda del Reino de Galicia a Cristo Sacramentado en esta Catedral.

5. SEPULCROS

            No se hallan en esta iglesia ejemplares de ostentosas construcciones funerarias como sucede en otras catedrales españolas y extranjeras. De toda la serie de obispos, solo el sarcófago de uno destaca sobre el pavimento bajo el tercer arco formero que separa las naves central y norte, en cuya lápida contiene la leyenda: «INCOLIT HEC TVMVLVS CLIENTI PONTIVICI / CORPVS ANTESTIS IN HOC LOCO Q(I)ES / O IH (S)V CVNCTOS Q(U)I SALVAS ANTRO IACENTI ABLUE CULPAS / CLAVSIT DIEM Xº K(A)L(ENDAS) S(EP)T(EM)BR(I)S ERA LXLIIII P(OST) M(ILLESIMAM)».

            Su traducción al castellano puede ser: «Este sepulcro contiene el cuerpo del pontífice Pedro, obispo que fue de este lugar, fallecido (o enterrado) el 23 de septiembre de 1056. Jesús, que a todos salvas, concédele el perdón de sus culpas».

            Bajo los órganos, en la llamada capilla del Ecce Homo, hay un enterramiento en cuya lauda se lee: «ESTA CAPILLA ES DE PEDRO DACAL / MERCADER I DE SV MUJER CATALINA D / APENA I SVS EREDEROS DEJO CADA DIA V / NA MISA DE DOZE CON DOS CAPELLA / NES I QVE LOS CAPELLANES AN DE SER / VIR EN EL CORO I ES DE PRESENTAR DE M / IS EREDEROS. FALLECIO AÑO 1649».

            En la capilla de San Froilán, muro sur, hay otro sepulcro, de origen y personaje desconocidos, aunque tradicionalmente llamado de Santa Froila, madre de San Froilán. Es una pieza arqueológica interesantísima.

            En lo que fue antigua capilla de San Froilán, muro occidental de la actual capilla del Pilar, se hayan dos sepulturas con los blasones de los Gayoso, en una de las cuales se ve la siguiente leyenda: «S(EPULTURA) DE DON GOMEZ GARCIA DE GAYOSO ARCEDIANO DE DECON / JUEZ DE MO(N)DOÑEDO CANO(N)IGO DE S(AN)TIAGO EL Q(UA)L FIZO ESTA CAPILLA / CO(N) UNA MISA CADA V(I)ERNES E DEXO CEN MILL M(¿ARAVEDIS?) PA(RA) DOTARLA DE LOS Q(UA)LES / SE CONPRARO(N) LOS LUGARES DE ROMAY E DE GIA(N) E DE MALLE E DA TO / RRE EN ORBACAY E DE CARBALLIDO EN ESPERANT(E) E EL CANAL DE VIEITO A LA CASA / Q(UE) ESTA AL POCO DE LA PINGUELA E DOS ORTAS A LA PORTA DE SA(N) P(EDR)º E LOS LUGARES (D)E / SA(N) JULLAO».

            Al lado opuesto, sobre el pavimento, otra sepultura con piedra blasonada ostenta en la bordura del escudo estas palabras: «AQVI YAS ROY LOPEZ DE AG(V)IAR AR(CEDIA)NO DE NE(IRA)».

            Cercana a esta, empotrada en el primer tramo del muro sur, se halla otra lápida sepulcral, blasonada y perteneciente sin duda a algún personaje de los Gayoso, por ostentar en el centro las truchas de sus armas nobiliarias. No hemos podido leerla acertadamente.

            Junto al altar de San Antonio, en el muro oriental del brazo norte del crucero, vemos el arcosolio del sepulcro de un distinguido personaje de la corte de los Reyes Católicos. Esta es la leyenda: «AQVI IAZ VAZCO P(ERE)S DE VIVERO CAPITA(N) QVE FVE DEL / REI DON FERNANDO E DE LA REINA DOÑA ISABEL LOS QVE / GANARON EL REINO CON LA REAL CIBDAD DE GRA / NADA ERMANO DE DO(N) G(ONZAL)VO DE VIVERO OB(IS)PO DE SA / LAMANCA A(N)VOS FIJOS DE G(ONZAL)VO P(ERE)S DE VAMONDE E DE / MAIOR QVE FVE DEL REI DON JV(A)º EL QVE DEXO MAS DE XIII MIL M(A)R(AVERDI)S / DE RENTA AL DEAN E CABILDO DESTA IGLESIA POR / XII MISAS CANTADAS CON SVS RESPONSOS / CADA AÑO E OTRA MISA CANTADA A SANTO / ANTONIO DE PADVA CON SV PROCISION EN EL / DIA QVE CAIERE».

            En el enterramiento que hay en un muro de la capilla de San Juan se lee: «ESTE ENTIERRO MANDO / ACER EL CAPITAN D. CARLOS / DE SANGRO CAVALLERO DEL AVI / TO DE SANTIAGO PA(RA) SI I SV MVJER / DOÑA MA(RIA) DE PIGARA I AG(V)IAR I BALBOA I SVS HEREDEROS AÑO 1636».

            Finalmente, en la sepultura del muro de evangelio de la Capilla de Santiago se encuentra esta leyenda: «AQVI IA ALFONSO LOPEZ / DE LEMOS CVIA ES ESTA / CAPILLA I DE SVS DESCEN / DENTES. FALESCIO A(ÑO) 1554».

6. IMAGINERÍA

            Aparte del retablo de Cornelio de Holanda y la sillería del coro, donde hay bastantes relieves e imágenes proporcionadas a los espacios correspondientes, tampoco en nuestra iglesia abundan las esculturas de gran bulto o de autoría de artistas de renombrada fama.

            Tiene preeminencia sobre las demás la imagen de Nuestra Señora, conocida por el apelativo de los Ojos Grandes, de tamaño natural, que representa a la Virgen como madre ofreciendo el pecho al hijo que sostiene en el brazo izquierdo en actitud de mirarla complacido. A Ella se le dedica el personaje central de la capilla en el centro de la girola. Se desconoce al autor de la talla, de piedra policromada. Algunos entendidos la sitúan cronológicamente en el siglo XII, aunque otros postergan su factura al siglo XV. El pueblo de Lugo le profesa sincera y ferviente veneración.

            De ser cierta la creencia popular que sostiene que el arzobispo compostelano San Pedro de Mezonzo se inspiró en la imagen de la Virgen de Lugo cuando en el año 997 incluyó en la Salve la frase «esos tus ojos misericordiosos», hay que suponer que antes habría otra imagen de rostro similar, que fue sustituida en algún momento por la actual.

            Fue coronada canónicamente el 15 de agosto de 1904 y en la misma fecha del año 1954 se le impuso la medalla de oro de la ciudad.

            También es de notable antigüedad la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, que se venera en la capilla absidal contigua a la capilla izquierda, de la que también se desconoce el autor, aunque algunos la atribuyen a la escuela de Cornelio de Holanda y, por lo tanto, a la primera mitad del siglo XVI.

            Tradicionalmente se considera titular de esta iglesia a María, bajo la advocación de su Asunción a los cielos, cuya imagen remata la parte superior del retablo de la capilla mayor, de la que no pudo haber sido autor el compostelano Melchor de Prado Mariño por razones cronológicas.

            Las imágenes de San José, Santa Lucía y el Jesús atado a la columna proceden del taller madrileño de Francisco Javier Meana y se veneran en sus respectivos altares: los dos primeros en los extremos de la girola y el último situado detrás del coro, frente a la puerta principal del edificio. Tales imágenes llegaron a Lugo en los años 1803 y 1804.

            En la capillita situada bajo los órganos se venera una devota imagen de Cristo, denominada imagen del Ecce Homo por representarle sentado en el momento en que Pilatos, después de haberle mandado azotar y coronado de espinas, lo mostró al pueblo según el Evangelio de Juan (19, 5).

            Aun cuando algún técnico opina que esta talla puede ser del pontevedrés Gregorio Fernández, afincado en Valladolid, creemos que se trata de la misma imagen que ya en el siglo XV se hallaba en una capilla abierta adosada a la fachada de la catedral, denominada imagen del Buen Jesús, de la que perdura el recuerdo en el nombre de la calle contigua al muro norte del edificio.

            Las imágenes de San Antonio y San Juan Nepomuceno, colocadas en sus respectivos retablos en los muros orientales del crucero, son obra, al igual que los retablos, del escultor lucense Manuel Luaces, quien las realizó en los primeros años del siglo XIX. A él se deben también la imagen de San Froilán que se venera en su capilla.

7. RETABLOS

            Una de las obras más logradas del barroco gallego es el aspecto retablista, por la armonía de sus proporciones dentro de su complicada estructura, del camarín baldaquino de Nuestra Señora de los Ojos Grandes, situado en la capilla a Ella dedicada. Fue diseñado por el ya mencionado autor de la fábrica del recinto, Fernando Casas Nóvoa, y realizado por el escultor Miguel Romay, corriendo la decoración a cargo del pintor compostelano Miguel Antonio García Bouzas.

            La sensación de festiva vitalidad que nos produce la visión del precedente baldaquino contrasta con la del academicismo rígido de simples líneas geométricas del hemiciclo que representa el retablo de la capilla mayor, en donde los únicos rasgos que alteran su severo aspecto le vienen dados por los elementos añadidos de los querubines orantes de los extremos y los dos ángeles con símbolos eucarísticos colocados en los intercolumnios.

            Aunque en principio el ya citado Carlos Lemaur había diseñado este retablo al mismo tiempo que hizo los planos para la reconstrucción de la parte superior de esta capilla, se sabe con seguridad que el proyecto ejecutado, en lo que a retablo se refiere, es de la autoría del arquitecto Pedro Ignacio Lizardi, sin poder precisar si se limitó a reformar el diseño de Lemaur o si lo planificó totalmente nuevo. El ejecutor material fue el arquitecto José Elejalde, que a su vez alteró en el remate el proyecto de Lizardi. Los materiales, mármoles y jaspes proceden de canteras del País Vasco.

            Los querubines orantes del primer término se atribuyen por algún autor al escultor Felipe de Castro, natural de Noia. Se desconoce sin embargo quién fue el artífice de los pequeños ángeles de los intercolumnios. Se dice que el material de las cuatro figuras es mármol de Carrara (Italia).

            El pabellón, trono o tabernáculo en que se exhibe el ostensorio, también al parecer del mismo mármol, sustituyó en 1812 al antiguo de plata. Fue diseñado por el aludido compostelano Melchor de Prado Mariño y ejecutado por el lucense Antonio Sanjurjo Gallego, de Rábade.

            Desde 1534 hasta por lo menos 1763 se hallaba en la capilla mayor un retablo monumental de madera, obra del artífice flamenco Cornelio de Holanda, autor también del retablo mayor de la Catedral de Ourense y de otras obras en diversas iglesias de Galicia.

            Se ignora la causa por la que fue retirado de su lugar, aun cuando sospechamos que pudo ser debido a deficiencias del maderamen de su esqueleto o al peligro que corría y el estorbo que suponía para la restauración de la ruinosa bóveda de la capilla mayor. El hecho es que, pasado algún tiempo y previo diseño confeccionado al efecto, el cabildo, con muy buen acierto, confió su colocación, no se sabe si en su integridad, al ensamblador local Agustín Baamonde en la cabeceras de la nave del crucero sobre sendos soportes del gusto barroco de la época.

            En el testero sur se pueden contemplar los seis cuadros alusivos a la Anunciación, Nacimiento, Circuncisión, Epifanía, nacimiento de San Juan y Bautismo de Cristo. En cuanto al testero norte, se puede ver al Salvador entre los Apóstoles, la venida del Espíritu Santo, la Ascensión, la Transfiguración, Jesús muerto en brazos de su Madre y la Resurrección. En la cima del conjunto meridional destaca la imagen de la Virgen con el Niño en su brazo derecho en actitud de ser coronada por los ángeles, mientras en la septentrional se halla un calvario integrado por el Crucificado entre su Madre y San Juan, con los también crucificados ladrones hacia los extremos de la escena.

            Los dos fragmentos han sido convenientemente limpiados en 1992 y se les adaptó un sistema de iluminación que, aunque no resulta perfecto, funciona con la introducción de una moneda y permite contemplar durante varios minutos los diversos elementos de ambos conjuntos.

8. REJAS


           
De las cinco que cierran las capillas absidales, se atribuye la autoría de la Capilla de Santiago al cerrajero compostelano Pedro Sobrado y a su compañero Baltasar Rus, a quien se la encargó en 1572 el patrono de la capilla, Diego de Lemos. Tiene en la parte superior un rótulo en que se lee: «ES DE JVAN DE NOBOA I LEMOS».

            De factura semejante, y acaso del mismo artífice, es la reja de la Capilla de Nuestra Señora de la Esperanza.

            En la que cierra la Capilla de San Miguel, se contiene un escudo con las ya conocidas truchas de armas heráldicas de los Gayoso.

            Se desconocen datos de las restantes.

9. CUADROS Y PINTURAS

            También en este particular es pobre nuestra iglesia. Encima de la sillería del coro, colgados en ambos lados de los muros de la nave central, hay seis cuadros con pinturas sobre madera, en cinco de los cuales se representan varios episodios de la vida del patriarca José del Antiguo Testamento y en el otro se desarrolla un tema alusivo a la Eucaristía. Son obra del pintor Marcos de Torres, vecino de Valladolid, quien los realizó en el último trimestre del año 1571.

            A ambos lados del retablo del Buen Jesús, en el trascoro, se hallan dos cuadros que representan a San Pedro y a la Magdalena. Son obra del pintor chantadino afincado en Santiago Plácido Fernández de Erosa, y fueron recibidos en esta catedral a finales de 1804 o comienzos de 1805.

            Las pinturas de la bóveda de la capilla mayor y de la parte central del crucero son obra del astorgano José de Terán, quien las comenzó en 1776.

10. LÁMPARAS

            Mención especial merece la monumental que cuelga del centro de la bóveda del crucero, aquí instalada en agosto de 1902 como recuerdo del segundo Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Lugo en el mismo mes de 1986, en el que el presidente del Centro Eucarístico Diocesano de Madrid, Antonio Sánchez y Santillana, sugirió la idea de su adquisición por suscripción nacional mediante aportaciones de diez céntimos.
            Es de Bronce y pesa unos mil kilos. Fue confeccionada en la Fundición Artística Masriera y Campins, S.A., de Barcelona, con la colaboración del metalista Manuel Garnelo. Guarda en una arqueta central la lista de todos los donantes. En el exterior de la corona figuran los escudos de todas las provincias españolas y en su interior, la siguiente leyenda: «JHU XPTO (Jesu Cristo) DEO ET HOMINI HIC SUB HOSTIA PATENTE JUGITER ADSTANTE FIDES HISPANIAE LUCEAT ADORATORUM REDIMITO LAUDIBUS», que en castellano puede equivaler a: «Brille la luz de la fe de España por las alabanzas en torno a Jesucristo Dios y hombre aquí permanentemente presente en la hostia consagrada».

11. CORO

            El coro construido hacia 1320 se hallaba, al parecer, tan deteriorado a principios del siglo XVII, que por la iniciativa del obispo se concertó la construcción del coro actual con el notable artista Francisco de Moure, a quien se hace natural de Santiago, de Chantada, de Lóuzara o de Ourense, en donde residía, y quien había sido discípulo de Gregorio Fernández según unos, o de Alonso Martínez, aunque influenciado por Juan de Juni, según otros. La sillería del coro actual está integrada por una serie de 27 asientos sobre el nivel del piso y otra de 39 en un plano más alto al que se accede por cinco escalerillas congruentemente distribuidas.

            En las columnas de la sección alta, próximas a la cabecera, hay dos  cartelas en que se lee: «GOVERNANDO LA IGLESIA DE DIOS NUESTRO MVY SANTO PADRE VRBANO VIII SIENDO OBISPO DESTE SANTA IGLESIA EL ILUSTRISIMO DON ALFONSO LOPEZ GALLO (en la meridional), y REINANDO EN ESPAÑA LA MAGESTAD DE LOS REYES DON FELIPE IV Y DOÑA ISABEL DE BORBON (en la septentrional)».

            Es seis fragmentos de las tablas de relleno que separan la silla prelaticia de las inmediatas se lee: «FRANCISCUS A MOURE GALLECUS CIVITATIS AURIENSIS INCOLA SCULTOR ET ARCHITECTUS INVENIEBAT ET SCULPEBAT HOC OPUS CUI ULTIMA MANUS ACCESI ANNO DOMINI 1624». Es decir: «El arquitecto y escultor gallego Francisco de Moure, avecindado en Ourense, diseñó y esculpió esta obra, terminada en el año 1624».

            Es una verdadera joya artística de nuestra catedral que en nada desmerece, y creemos que aun supera dentro de sus proporciones, a algunas congéneres de España y del extranjero. Su singular interés se centra en la imaginería que se desarrolla en los medallones del respaldo de los asientos bajos y en los rectángulos de los altos.

Si te gustó, comparte:

Entrada relacionada

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *